Un reciente estudio global, en el que han colaborado investigadores españoles, ha revelado un aspecto fascinante sobre el comportamiento migratorio de las mariposas: la dirección de sus desplazamientos se invierte dependiendo de si habitan el hemisferio norte o el sur. Este descubrimiento marca un hito en la comprensión de la biología de los insectos, demostrando por primera vez que una misma especie puede adoptar patrones migratorios opuestos en diferentes partes del mundo, un fenómeno que hasta ahora solo se había observado en aves. Esta investigación, centrada en la mariposa cardera (Vanessa cardui), ofrece una nueva perspectiva sobre cómo los factores ambientales y genéticos modelan la evolución, la adaptación y la diversidad de las especies a escala mundial.
La investigación, liderada por equipos del Instituto Botánico de Barcelona (IBB, CSIC-CMCNB) y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF) en España, con contribuciones de científicos de África, Europa y Estados Unidos, ha sido publicada en la prestigiosa revista Nature Communications. El estudio destaca que las poblaciones de Vanessa cardui en el hemisferio norte emprenden su viaje hacia el sur durante el otoño boreal (de septiembre a diciembre), mientras que las del hemisferio sur se dirigen en sentido contrario durante el otoño austral (de marzo a junio). Este patrón dual sugiere una adaptación compleja a las distintas estaciones y condiciones geográficas.
Los científicos realizaron un exhaustivo trabajo de campo, recorriendo el continente africano y analizando el ADN de más de 300 ejemplares de mariposas carderas recolectados en 38 países de África y Europa. Los análisis genómicos resultaron clave al identificar un fragmento de ADN invertido que parece modificar la forma en que las mariposas procesan las señales ambientales. Según Aurora García-Berro, investigadora del Instituto Botánico de Barcelona, "Observamos que las poblaciones del sur no cruzan el ecuador, sino que siguen un ciclo propio adaptado a la estacionalidad del hemisferio austral."
Daria Shipilina, investigadora de la Universidad de Uppsala (Suecia) y coautora del estudio, explica que la hipótesis principal es que estas mariposas, al igual que las monarca y otros insectos migratorios, se orientan utilizando el campo magnético terrestre y la posición del sol. La respuesta a estos estímulos debe ser diferente en cada hemisferio, lo que implica que los mecanismos de orientación están específicamente adaptados a las condiciones de cada región. Este hallazgo sugiere que el ecuador no solo es una línea geográfica, sino una potencial barrera evolutiva que restringe el flujo genético entre poblaciones migratorias, impulsando su diversificación y, eventualmente, la aparición de nuevas especies. Gerard Talavera, científico titular del CSIC, señala que "a diferencia de las aves, la división que encontramos es latitudinal. El ecuador podría actuar de barrera para la migración de otras mariposas e incluso de otros grupos de animales migratorios. Esto podría explicar por qué existen especies hermanas que viven en hemisferios opuestos."
La comprensión de estas migraciones es crucial debido a su vasta relevancia ecológica. Las mariposas actúan como polinizadores vitales, conectando ecosistemas distantes, y son una fuente de alimento para muchas otras especies. Además, sus movimientos pueden influir en la propagación de plagas agrícolas o forestales, e incluso en la transmisión de parásitos. Este estudio subraya la necesidad de investigar los patrones biológicos a una escala global, prestando especial atención a regiones menos estudiadas como el hemisferio sur, para obtener una imagen completa de la biodiversidad y sus intrincados mecanismos.